martes, 1 de noviembre de 2011

I guess I lost you


TU MEJILLA
Quisiera volver a envolverme de esa magia que entremezclaste en mi ser la primera vez que te vi. Aquella magia, que llegó directamente a mis ojos; y creo entró por allí para alojarse en mi corazón.
No sólo dejé de concentrarme en aquello para lo que había ido, sino que empecé a desear conocerte y saber más de ti. 
El mundo pareció detenerse en ese instante y yo sólo empecé a contemplar lo que creí que podía ser imposible, saludarte y darte un beso... no pedía más, sólo un beso en la mejilla. Hasta que sucedió.
Ni tú, ni yo esperamos ese instante. Ese instante en que pude tener acceso a tu piel por primera vez, en el que pude sentir tu mejilla junto a la mía, mirar tus ojos de cerca y esbozar un "Hola". 
¿Quién eras? ¿Cómo te llamabas?... demasiadas preguntas en mi cabeza y mi corazón palpitando una y otra vez, cada vez más fuerte.

TU NOMBRE
El mundo siempre me pareció un tanto lejano. Mi alergia a cierto tipo de personas, durante algunos años de mi vida me impidieron ampliar mis horizontes amicales hasta hace algún tiempo, tal vez para bien, otras veces para mal. Había escuchado de ti, había leido comunicaciones con tu nombre, siempre me causó curiosidad saber quién realmente se escondía tras de él. No relacioné, que se podría tratar de ti. Porque es cierto que cuando me enamoro pierdo cualquier tipo de sensatez y yo había empezado a quererte desde que te había visto, pero no había concebido el grado de popularidad, ni el sentido de importancia que tendrías para otros.

TU TIEMPO
Ayyy... aquella noche. La primera vez que conversamos, esa primera conversación... y luego la otra y así... todas las noches, pero no era suficiente (desde mi punto de vista) y así que empezamos a comprar paquetes del cargamontón de mensajes de Claro para continuar el diálogo. Tú tiempo, aquel del que no disponías y aún no dispones era "absorvido" en gran parte por mi.

LO INCOMPLETO
La felicidad, la paz, la tranquilidad... todo eso era generado por tu presencia en mi vida. Y sin embargo, cuando nos comprometimos, dejaste de ser feliz, dejaste de sonreir, dejaste de interesarte en mi (a veces pienso que asumiste que yo sería eterna y por eso no valía la pena seguir demostrando tus sentimientos)... tu estrés, tus preferencias, tus amistades y sobretodo tus prioridades.

LA ÚLTIMA RUEDA DEL ENGRANAJE
Detalles. Uno tras otro. Desde los más comunes, hasta los más excéntricos. Mis intentos por demostrarte hasta el último momento que mi amor seguía allí para ti, mis atenciones, mi tiempo, mis pensamientos, mi corazón, mis sueños... para ti, pueden percibirse con los sentidos.
Pero ahora intento tener algo palpable que me de los buenos días, o que me exprese aquel interés o querer... y no veo nada tuyo a mi alrededor.

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