Aprender resulta fácil, si tienes los estímulos correctos (demasiada motivación)... sin embargo he tenido tantos tropiezos con las personas que no sé por qué aún no logro aprender. ¿Seré tan tonta, que no me doy cuenta?
Te contaré que "aprendí" a ser alguien en quién se puede confiar, con quien puedes contar, alguien a quién no le interesa su propio bienestar con tal de hacerte sonreír, alguien que deja de lado sus prioridades con tal de estar a tu lado si lo que necesitas es un abrazo, alguien que dibuja y pinta cuadros para sus mejores amig@s, alguien que le gusta regalar chocolates, cuadernos de notas, cartas, peluches, flores, afiches, globitos, fotografías, vídeos, tarjetas, bordados, viajes, snacks, caramelitos, alguien que se convierte en heart-nurse cuando la ocasión lo a merita, alguien que escucha atentamente, alguien que cruza todo Lima para poder verte, alguien que te va a recoger de tu trabajo, alguien que pide permiso en donde esté si es que lo que necesitas es compañía, una soñadora, fotógrafa, profesora...si quieres, aventurera, payasa, asesora... lo que necesites... en eso me puedo convertir; sin importar la hora, el lugar y mi estado de salud.
Me preguntas que ¿por qué lo hago?, creo que mi respuesta sería sencilla y es que si yo estuviese en tu lugar, pues, me encantaría mucho que hicieras eso que yo estoy haciendo por ti. Ahora la pregunta es: ¿Tú lo harías por mi?
Y allí viene el gran silencio... la gran espera a algo recíproco, aunque sea una sola vez...
Muchas son las palabras, muchas son las fotos, muchas son las poses, muchos son los abrazos, los besos y saludos, las denominaciones... y pocas (casi nadie o nadie) que sean de la misma forma.
Mi concepto de amistad, es equívoco en esta zona geográfica y tal vez en el universo. Anda de extremo en extremo, como una cuerda floja de la que fuese a caerme y tengo que llegar a algún extremo (haciendo valer la redundancia) para sentirme segura.
Hace algunas semanas o meses (incluso años atrás), me caí (o me hicieron caer a propósito) y volví a subir queriendo intentarlo otra vez, pero no he vuelto a encontrar el mismo equilibrio. Así que ahora estoy en medio de esa cuerda y sentada. Estoy cansada de buscar el equilibrio... si quieres jalarme hacia un lado bien por ti, yo sólo me dejaré arrastrar o me pondré de pie y me iré.
No estoy de acuerdo con lo que hago, pero me evitará el sufrimiento y la frustación de mis expectativas.
("un escudo protector", como lo llama mi psicóloga)
2 comentarios:
Creo que mucho tenemos ese 'escudo protector' para evitar que el dolor sea fuerte, si es que nos volvemos a caer.
Tal ves no es la mejor manera, pero son soluciones que le damos con el tiempo para soportar cada situación.
Creo que somos mas, los que buscamos una amistad así, tal ves otros buscan lo mismo y darían lo mismo, pero ahí también existe el factor :Miedo.
No dudes de lo que das, es bueno, así nunca sentirás inconforme con lo que tu ofreciste como persona.
=)!
Publicar un comentario