jueves, 3 de mayo de 2012

Mercurio en la Sangre: CHOROPAMPA


La relación de las empresas con la comunidad en la que ellos explotan los recursos de determinada zona, tiene que preveer en el periodo de su ejercicio la posibilidad de un desastre. En este caso, el desastre se produjo transportando el mercurio usado por la minera Yanacocha a través de su socio logístico Ransa, en el año 2000. Han pasado cerca de 12 años desde que ocurrió esta tragedia y aun al día de hoy la Defensoría del Pueblo registra en su mapa de conflictos sociales el caso del centro Poblado de la Comunidad de Choropampa, ubicado en Cajamarca. A continuación, se darán a conocer de forma cronológica los hechos que dieron origen a esta problemática.

En julio de 2000, la intervención del Ombudsman del Banco Mundial dio a conocer que “la producción del mercurio ha aumentado de manera uniforme en proporción a la producción de oro” en la minera Yanacocha SRL. Se estima que en la mina, en el momento que ocurrió el suceso, se producía de cuatro a cinco botellas de mercurio por semana, cada una con una capacidad de aproximadamente 200 kg. Se proyectó para dicho año, una producción de Yanacocha de 48 000 kg.

El mercurio producido en la refinería se coloca en botellas de metal semejantes a los cilindros de gas propano. Cada botella tiene una capacidad de aproximadamente 200 Kg. De la refinería estos cilindros son llevados a un área de almacenaje exterior y se mantienen ahí hasta que se les transporte a los compradores en Lima. El mercurio producido era transportado para su venta hasta la ciudad de Lima por espacio de más de 800 km.

Según informes, la minera Yanacocha SRL y su transportista RANSA no adoptaron ninguna medida de seguridad previa y no tenían un plan de reacción efectivo para actuar ante una situación como esta. Su descuido y falta de responsabilidad se puede comprobar a través del siguiente enunciado: “Las botellas de mercurio se colocaron en una parihuela ordinaria, no la parihuela especial destinada al uso con botellas de mercurio (…) faltaba un plan de emergencia para responder a derrames ocurridos fuera de los predios de la mina, hubo confusión respecto a quién asumía ser “dueño” o responsable del suceso (entre la compañía de transporte y la mina) hubo confusión sobre la cantidad de mercurio que realmente se perdió”.

El camión de la empresa Ransa, operado por Esteban Blanco, fue cargado por 10 cilindros vacíos de cloro gaseoso y nuevo botellas que contenían mercurio metálico. En vez de usar la parihuela especial, que sólo acomoda ocho botellas, se colocaron las botellas en una parihuela ordinaria, últimas en el remolque (al final de la plataforma y apartadas del camión) y fueron encadenadas para que se mantuviesen juntas.

Un equipo de logística (Jorge Posadas y tres miembros del personal) se fueron de la mina, alrededor de las 10:30 a.m. del día sábado 3 de junio, para buscar y limpiar el mercurio. Llevaron consigo ciertos equipos básicos tales como baldes, palas y demás equipos de respuesta de emergencia. No usaron los equipos de respuesta a emergencias.

Al camión lo limpió una combinación del personal de la Ransa, del personal de la alcaldía de Magdalena y del personal de la MYSRL, en diferentes momentos. La limpieza se realizó con las manos desnudas, baldes y escobas. El personal de la MYSRL se llevó el mercurio recogido de vuelta a la mina.

Se organizó una asamblea municipal en Choropampa a las 6 p.m. y se instó a la población a que devolviera el mercurio. Esto no tuvo mucho éxito. Para estos momentos ya se había despachado a Choropampa un equipo de personal de la MYSRL al cual se le había dado la responsabilidad de recuperar el mercurio.

En el transcurso del sábado, por la tarde y por la noche, y del domingo el personal de la MYSRL preparó un nota de prensa para que la publicaran los periódicos el lunes así como la radio local, advirtiendo acerca de la toxicidad del mercurio y pidiendo que lo devolvieran. Es en estos momentos que la MYSRL decidió que la Ransa debía asumir la responsabilidad de la recuperación del mercurio y de la publicación de la nota de prensa y de las advertencias a la comunidad. Entre las razones expresadas estaba el deseo de distanciar la identidad de la MYSRL como mina de oro del esfuerzo por recuperar el mercurio para disminuir la especulación de que éste contenía oro o de que el mercurio tenía algún valor especial.

La empresa Ransa tuvo poco éxito en sus esfuerzos por recuperar el mercurio que se hallaba en manos de la población hasta el día martes 6 de junio. Ya para estos momentos el depósito de la Ransa en Lima estaba apercibido de la cantidad de mercurio que se había perdido como también lo estaban otros, incluyendo individuos de la MYSRL. La operación de limpieza y de anuncios públicos prosiguió hasta el 13 de junio, para dar la impresión que el derrame era de 80 kg.

Newmont, que había sido informado acerca del derrame el domingo 4 de junio, informó a la CFI. Representantes de las autoridades municipales de Cajamarca visitaron Choropampa después de enterarse del derrame por los reportajes en la prensa. En Choropampa se enteraron de la extensión del derrame – de San Juan a Magdalena, pero no supieron la cantidad que se derramó.

El jueves 8 de junio, la MYSRL se entera a través de la Ransa que se están reportando problemas de salud en la comunidad local. El viernes 9 de junio, la MYSRL, por primera vez desde el descubrimiento del derrame, envía personal a Choropampa. El personal de la MYSRL le dio fondos al personal de la Ransa para que empezaran a comprarles el mercurio a las personas al precio de 100 soles por kg (cerca de US$35). La Ransa y la MYSRL establecieron un sistema de recompra en una pequeña tienda en Choropampa, usando balanzas propiedad del dueño de la tienda. Los funcionarios de Yanacocha instalaron una tienda para comprar el mercurio a los pobladores que lo habían recogido a 100 nuevos soles por kilogramo.

El sábado 10 de junio, a MYSRL empezó a coordinar la limpieza en la calles de Choropampa, pagándoles a personas de la localidad para que trabajaran con cepillos, sacos plásticos y palas. Los vecinos recibieron visitas en sus casas y vendieron mercurio. Marcos Valdez de la MYSRL se reunió con representantes de la comunidades de Magdalena y Choropampa para asegurarles con respecto al compromiso de la mina a ocuparse de la respuesta.

Dos semanas después del derrame, representantes de los propietarios de la mina aseguraron que iban a asumir responsabilidad de los esfuerzos por remediar el medio ambiente y de los ciudadanos de la salud. Las pruebas realizadas por la MYSRL revelaron que la pureza del mercurio era del 99%. Los suministros para el Hospital fueron comprados por la MYSRL.

Se iniciaron varias labores de monitoreo y mitigación en distintos momentos, que luego prosiguieron simultáneamente. Las actividades pueden agruparse de manera general en diversas categorías basadas en objetivos y la naturaleza de sus metas de la siguiente manera:
- Recuperación de mercurio y cálculo del saldo del mercurio.
- Identificación de los lugares de derrame de mercurio y limpieza al borde de la carretera.
- Monitoreo de la calidad del aire interior de las casas y remediación de viviendas.
- Programa de monitoreo ambiental (suelo, sedimentos, agua).
- Otros programas.

La versión oficial de la empresa a finales del 2003 es que el incidente está “superado”.

Una auditoría ambiental independiente impuesta por las comunidades a las operaciones de la minera Yanacocha en el año 2003 encontró que “el manejo del mercurio en la plata de retortas es inadecuado. El almacenamiento provisional del elemento en recipientes inadecuados y no herméticos facilita la evaporación del mercurio y por lo tanto la difusión del mismo en el recinto, el cual (…) logra incorporarse en el organismo de los operarios”.

El Ministerio de Salud (MINSA) actuó en todo momento bajo instrucciones de la empresa minera. La empresa minera subestimó la gravedad del desastre. La Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) intervino tarde y cuando el caso llegó a ser noticia nacional. El hecho de que el Director Regional de Salud de Cajamarca fuera personal de salud de la empresa minera jugó un rol importante en la existencia de estas graves negligencias.

Estudios señalan que la vía principal de exposición al mercurio elemental es por inhalación de sus vapores. La totalidad de la población afectada por el derrame de mercurio en Choropampa fue por inhalación del vapor de mercurio, porque las condiciones climáticas y el traslado del mercurio a viviendas permitieron que la cálida temperatura vaporizara el mercurio en la atmósfera.

¿Qué opinan ustedes acerca de esto?, saquen sus propia conclusiones y me las hacen saber. Aquí les dejo un ayuda memoria, por si se les hace pesada la lectura.




2 comentarios:

Antonio David Loo Phun dijo...

El caso de Choropampa muestra negligencia. La pregunta real es "¿de quién fue la negligencia?" fueron las personas directamente responsables, los encargados, los que comandaban y daban órdenes o fue el gobierno central con su aparato.

No. La respuesta es No No No y No.

Los únicos responsables de que sucedan este tipo de cosas somos nosotros, NOSOTROS que formamos parte de este país, de esta nación y de este mundo, y si se quiere universo.

Anónimo dijo...

No todos los pobladores presentaban o presentan niveles de mercurio elevados en sangre u orina... Y eso es en lo que se escudaban los de la minera... Lamentablemente para esos pobladores y para casi todos nosotros la ignorancia es lo que los ha condenado... Para hacer un análisis de mercurio en sangre u orina, primero se debe tomar un medicamento que libera al mercurio del organismo, luego tomar la muestra de orina y analizar el metal... Si el protocolo de análisis hubiera sido ese, otra sería la historia...

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